China ha comenzado ensayos clínicos para evaluar dispositivos de interfaz cerebro-ordenador implantables, con el objetivo de asistir a pacientes con discapacidades neurológicas.
El estudio, liderado por los hospitales Huashan de Shanghái y Xuanwu de Pekín, ya inició la fase de reclutamiento de participantes. Uno de los dispositivos en prueba es el Neural Electronic Opportunity (NEO), desarrollado por la Universidad Tsinghua. En una prueba previa, un paciente con parálisis logró mover un brazo y realizar acciones básicas tras recibir el implante.
La iniciativa marca un avance en la aplicación clínica de estas tecnologías en China, que hasta ahora se habían desarrollado en el ámbito de la investigación. Según datos presentados en el Congreso Asiático de Neurooncología, se espera que los ensayos se amplíen este año hasta incluir 50 pacientes.
Expertos advierten que aún persisten interrogantes sobre la seguridad a largo plazo de este tipo de tecnología invasiva, en particular la respuesta inmunológica del cuerpo y la duración del implante.
En paralelo, la Sociedad de Neurociencia de Shanghái anunció la creación de una división especializada en interfaces cerebro-ordenador y neuromodulación para impulsar el desarrollo interdisciplinario en este campo.
China estima que entre 3 y 4 millones de personas viven con lesiones medulares, y cada año se registran entre 80.000 y 90.000 nuevos casos, lo que representa un alto potencial de aplicación para estos dispositivos.


























