El académico puertorriqueño Javier Hernández Acosta, decano de la Escuela de Artes, Diseño e Industrias Creativas de la Universidad de Sagrado Corazón, aseguró que la residencia de Bad Bunny en el Coliseo de Puerto Rico representó un impacto económico y cultural sin precedentes, calculado entre 500 y 700 millones de dólares.


Un fenómeno más allá del dinero

Según Hernández Acosta, el evento generó ingresos directos de más de 46 millones de dólares en boletos, movilizó 250,000 personas en tren urbano y contó con más de 460,000 asistentes durante sus funciones. Además, más de 500 empleados trabajaron cada noche.

Sin embargo, destacó que los efectos “más valiosos” fueron los indirectos, como la proyección turística, el desarrollo económico local y la reafirmación de la identidad cultural. “Las industrias creativas no solo generan dinero, transforman sociedades”, afirmó.


Lo local como fuerza global

El académico resaltó que Bad Bunny logró un hito al apostar por lo local, fusionando tradición, folclore y cultura urbana. “Lo que somos es lo que el mundo quiere ver. El éxito vino de afirmar lo propio”, expresó.

También subrayó que el artista demostró cómo el emprendimiento creativo puede unir generaciones y sectores sociales, convirtiendo su residencia en una verdadera experiencia de país.

  • Además, destacó el papel de las redes sociales como “un escenario paralelo” que amplificó el fenómeno, al diseñarse toda la experiencia para que el público participara activamente en la creación de contenido.
  • “La residencia de Bad Bunny mostró que la cultura es motor económico y que la preparación es clave: cuando llega la oportunidad, hay que estar listo”, concluyó Hernández Acosta.

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