Aunque ducharse parece un hábito sencillo, ciertas rutinas diarias pueden dañar la piel y el cabello, según expertos en dermatología y tricología citados por The Times. La frecuencia, el orden del lavado o el uso de accesorios inadecuados son factores que, sin notarlo, afectan la salud cutánea y capilar.
El dermatólogo Jonathan Kentley, de la clínica Montrose London, advirtió que ducharse en exceso reseca la piel, ya que elimina los aceites naturales que la protegen. Una ducha diaria es suficiente, salvo tras actividades intensas. Además, explicó que ducharse de noche puede ser más beneficioso, pues elimina impurezas, alérgenos y contaminación acumulada durante el día.
Otro error frecuente es lavar el cuerpo antes del cabello. Los residuos de champú y acondicionador pueden irritar la piel o provocar acné, por lo que se recomienda limpiar el cabello primero y luego el cuerpo y el rostro.
Especialistas
Los especialistas también alertan sobre las esponjas vegetales, que acumulan bacterias y hongos si no se secan correctamente. Usarlas sin cuidado puede causar foliculitis o irritaciones. Se sugiere lavarlas tras cada uso o directamente prescindir de ellas.
En cuanto al cuidado capilar, peinar el cabello mojado lo vuelve más propenso a quebrarse. Los dermatólogos recomiendan usar peines de dientes anchos y cepillar solo cuando el cabello esté casi seco.
Asimismo, ara mantener la piel saludable, hidratarse después del baño es clave. Los expertos aconsejan aplicar crema o loción dentro de los tres minutos posteriores a la ducha, para evitar la evaporación del agua y sellar la humedad.
Finalmente, los dermatólogos destacan el uso de filtros en las duchas para reducir el cloro y los metales pesados del agua, responsables de resequedad y picazón en la piel y el cuero cabelludo.
En resumen, ducharse correctamente no solo mejora la higiene: también protege la piel, fortalece el cabello y previene irritaciones. Pequeños cambios en la rutina pueden marcar una gran diferencia para la salud y el bienestar diario.