Especialistas de la Cleveland Clinic detallan cuáles son las señales que pueden asociarse a esta condición. Además, explican cómo reducir riesgos y obtener un diagnóstico adecuado.
La presencia continua de molestias como inflamación o falta de aire puede ser determinante para identificar a tiempo un problema serio. Los coágulos sanguíneos pueden aparecer en cualquier persona, sin importar edad o estado físico. Reconocer los síntomas vinculados a la trombosis venosa profunda (TVP) y la embolia pulmonar (EP) es clave para evitar complicaciones severas.
Según indica la Cleveland Clinic, actuar con rapidez frente a los primeros indicios y detectar el coágulo a tiempo resulta esencial para prevenir daños permanentes o panoramas potencialmente mortales.
Síntomas principales que pueden aparecer (TVP y EP):
Trombosis Venosa Profunda (TVP) y Embolia Pulmonar (EP) son condiciones médicas serias. Los síntomas de la TVP pueden incluir hinchazón en una pierna, dolor o sensibilidad en la pierna, especialmente al estar de pie o caminar, aumento del calor en el área afectada y enrojecimiento o decoloración de la piel.
Por otro lado, los síntomas de la EP pueden incluir dificultad para respirar, dolor en el pecho que puede empeorar al respirar profundamente, tos que puede producir esputo con sangre, y latidos cardíacos rápidos o irregulares. Es crucial buscar atención médica inmediata si se presentan estos síntomas.
- Hinchazón en piernas, brazos o abdomen, acompañada de cambios en la tonalidad de la piel y sensación de calor.
- Inflamación repentina o que se mantiene durante todo el día, sin mejorar al elevar la extremidad.
- Dolor nuevo, sin causa clara, en extremidades o abdomen; puede sentirse como un calambre o tirón muscular y suele ser persistente.
- Cambios notorios en venas varicosas: una vena que sobresale y no baja al recostarse, endurecimiento repentino, sensibilidad o enrojecimiento.
- Falta de aire súbita y persistente, sin mejora en pocos segundos, posible indicio de EP.
- Dolor torácico constante o que empeora al inhalar profundamente; puede trasladarse hacia la espalda.
- Tos con sangre en cantidades superiores a simples restos mezclados con mucosidad.
- Aumento del ritmo cardíaco, palpitaciones o sensación de latidos fuertes por el esfuerzo del corazón.
- Presión arterial baja acompañada de mareos, sudor frío, visión borrosa, confusión, náuseas o desmayos.
Diferencias entre EP y TVP
La TVP y la EP representan los coágulos venosos más habituales. La TVP se origina en venas profundas —principalmente en piernas, brazos o abdomen— y permanece en ese sitio, impidiendo el flujo normal de la sangre.

En cambio, la EP surge cuando un coágulo —generalmente producto de una TVP— se desprende y llega a los pulmones, donde puede provocar una obstrucción peligrosa.

El médico especialista en medicina vascular Michael Tran, de la Cleveland Clinic, señala que “cada individuo puede presentar señales muy distintas, desde molestias sutiles hasta síntomas críticos”. Aun así, hay signos que vale la pena conocer y monitorear.
Acerca de buscar ayuda, la decisión depende del tipo de síntoma y su intensidad. Frente a sospechas de EP, la Cleveland Clinic recalca que algunos casos son críticos. Por ello, ante indicios como dolor torácico o dificultad respiratoria, es esencial llamar a emergencias o acudir de inmediato a una sala de urgencias.
Cuando se sospecha una TVP y no es posible contactar al médico habitual fuera del horario, los centros de atención rápida podrían no contar con equipos como ecografías. En esos casos, lo adecuado es dirigirse directamente a un hospital.
Si las molestias compatibles con TVP se mantienen por más de uno o dos días o empeoran, se recomienda consultar al médico de atención primaria, quien podrá definir los siguientes pasos.
La Cleveland Clinic puntualiza que no hace falta esperar a que aparezcan síntomas para hablar con un profesional. Una evaluación preventiva y medidas personalizadas pueden ser la mejor manera de reducir el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos.
Fuente: Infobae















