La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió este lunes una recomendación oficial para el uso de tres medicamentos originalmente diseñados para tratar la diabetes tipo 2 semaglutida, liraglutida y tirzepatida en pacientes con obesidad, una enfermedad que ya afecta a 1,000 millones de personas en el mundo y que podría duplicar su incidencia en apenas cinco años.
Estos fármacos, conocidos como análogos del GLP-1, imitan hormonas intestinales que ayudan a reducir el apetito, retrasar el vaciado gástrico y mejorar el control de la glucosa. Si bien han demostrado eficacia para la pérdida de peso, su uso ha generado controversia a nivel global.
Sobre los fármacos
El auge de estas terapias por parte de personas sin diabetes ha provocado escasez para los pacientes que realmente los necesitan, lo que ha abierto un debate ético sobre su utilización con fines estéticos, así como sobre el elevado costo que representan para los sistemas de salud públicos y privados.
Además, especialistas han señalado que, una vez suspendido el tratamiento, gran parte del peso perdido puede recuperarse, lo que podría convertir su uso en una terapia crónica con implicaciones económicas y sanitarias a largo plazo.