Alrededor de 1.7 millones de personas viven con diabetes sin saberlo en Centroamérica y República Dominicana, advirtieron este miércoles organizaciones de salud, que instaron a mejorar el acceso a diagnóstico y tratamientos adecuados para prevenir complicaciones derivadas de esta enfermedad crónica.
De acuerdo con datos de la Federación Internacional de Diabetes (FID), citados por la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma) y la Asociación DíaVida, la región cuenta con más de 4 millones de personas con diabetes, de las cuales casi la mitad no ha recibido un diagnóstico oportuno.
“Hacemos un llamado urgente a todos los sectores de la sociedad para unir esfuerzos en la prevención, detección y tratamiento de la diabetes. Es fundamental promover estilos de vida saludables y construir entornos que favorezcan el bienestar”, señaló Fernando Vizquerra, director de Fedefarma para Guatemala y Costa Rica.
Alta prevalencia en República Dominicana
- El informe destaca que República Dominicana presenta la mayor tasa de prevalencia de diabetes en la región, con un 17.6 % de su población entre 20 y 79 años afectada. Le siguen Guatemala (13.2 %), El Salvador (12.7 %), Panamá (11.1 %), Nicaragua (10.4 %), Costa Rica (9.8 %) y Honduras (5 %).
Por su parte, la presidenta de DíaVida, Ana Ortega, enfatizó la necesidad de cambiar la forma en que se aborda la enfermedad:
“No basta con decirle a las personas ‘deje de comer dulce y haga ejercicio’. Se requiere educación, apoyo y perseverancia para que quienes viven con diabetes adopten hábitos saludables desde la niñez y tengan acceso a los nuevos medicamentos y dispositivos.”
Una amenaza creciente para la salud pública
- La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que la diabetes es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, infartos, accidentes cerebrovasculares y amputaciones en la región.
En el marco del Día Mundial de la Diabetes, las organizaciones insistieron en que el diagnóstico temprano y la atención integral son claves para reducir el impacto humano y económico de esta enfermedad, que continúa en aumento en toda América Latina.



























