La gastroenteróloga Tammy Beltré explicó en el espacio Cátedra Médica que la dificultad para tragar, conocida como disfagia, puede ser un síntoma de cáncer u otras lesiones graves, por lo que no debe subestimarse bajo ninguna circunstancia.
“Una persona que no puede tragar, hay que pensar en que pudiera ser cáncer”, advirtió la especialista, al subrayar que este síntoma debe considerarse como un signo de alarma que requiere evaluación médica inmediata.
La doctora indicó que, junto a la disfagia, existen otros datos de alarma como la pérdida de peso, vómitos frecuentes, sangrado y la presencia de masas abdominales. Estos indicadores obligan a descartar enfermedades oncoproliferativas, incluyendo el cáncer de esófago o estómago.
Beltré señaló que si una persona que nunca ha tenido problemas para deglutir desarrolla de repente dificultad para tragar sólidos, líquidos o incluso su propia saliva, debe acudir de inmediato al médico para una evaluación especializada.
Causas comunes de la disfagia
Además de las posibles lesiones malignas, la especialista explicó que la disfagia puede tener causas agudas, como la presencia de un cuerpo extraño o la impactación de alimentos, especialmente carne mal masticada.
- En estos casos, detalló, el problema puede ser simplemente mecánico, pero también puede representar una señal de esofagitis, es decir, una inflamación del esófago que aumenta el riesgo de episodios recurrentes.
La gastroenteróloga recordó que la disfagia es la incapacidad o dificultad para deglutir alimentos o líquidos, y que puede presentarse de forma repentina o progresiva. En algunos pacientes, incluso, el problema alcanza el punto de no poder tragar ni la propia saliva.
Frecuencia de la condición
Aunque no es un síntoma muy frecuente en la población general, la doctora Beltré explicó que la prevalencia aumenta con la edad. En personas jóvenes, la incidencia puede variar entre un 2 % y un 16 %, mientras que en los mayores de 60 años es mucho más común.
La especialista también señaló que la disfagia es más prevalente en poblaciones que han sufrido accidentes cerebrovasculares (ACV), dado que esta condición puede afectar los mecanismos de la deglución.
- Beltré destacó que no se trata de alarmar a la población, sino de fomentar la detección temprana. “Tenemos que ir de las causas más frecuentes a las menos frecuentes, pero siempre atendiendo primero aquellas que pueden complicar más rápido al paciente”, afirmó.
La doctora reiteró la importancia de no ignorar este sintoma y de acudir a un especialista en caso de presentarse. Un diagnóstico temprano, insistió, puede marcar la diferencia en el tratamiento y la evolución de enfermedades graves.