La inversión extranjera directa (IED) mantiene un papel determinante en el crecimiento económico de los países en desarrollo, y en el caso dominicano, su evolución ha mostrado resiliencia a pesar de un entorno internacional lleno de presiones.
Así lo establece un nuevo análisis del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), que resalta cómo el país ha sostenido un crecimiento consistente en la atracción de capital extranjero, aun frente a tensiones comerciales, inflación global y cambios en las cadenas de suministro.
El informe del BCRD destaca que, mientras los flujos mundiales de IED disminuyeron un 11 % en 2024 —totalizando USD 1.5 billones— y América Latina y el Caribe registraron una caída del 12 %, República Dominicana logró crecer 3 %, alcanzando USD 4,523 millones.
Esta cifra cubrió ampliamente el déficit de cuenta corriente y situó al país entre los de mejor desempeño en la región. Comparado con 2019, la IED aumentó 49.7 %, y respecto a 2020, el incremento fue de 76.7 %, reflejando la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos dominicanos.
El análisis señala que invertir en la República Dominicana continúa siendo atractivo gracias a su ubicación estratégica, estabilidad política y económica, seguridad jurídica, incentivos fiscales y un entorno propicio para los negocios. A estos elementos se suman una infraestructura moderna, acceso preferencial a mercados internacionales y un clima de paz social que respalda la continuidad de los proyectos.

Turismo, energía e inmobiliario lideran la inversión
En 2024, más del 70 % de los flujos de IED se concentraron en tres sectores clave: turismo, energía e inmobiliario. El turismo registró un crecimiento interanual de 8.7 %, impulsado por el récord histórico de más de 11 millones de visitantes, entre pasajeros aéreos y cruceristas. La energía avanzó 6.5 % respecto al año anterior, principalmente por proyectos de generación renovable. Mientras tanto, el sector inmobiliario fue el de mayor dinamismo relativo, creciendo 28.5 % por la expansión de proyectos residenciales, turísticos y comerciales en zonas costeras.
Estados Unidos
y España se consolidaron como los principales emisores de inversión. Entre 2020 y 2024, ambos países representaron el 46.6 % de la IED total. Solo en 2024, contribuyeron con el 51 % de los flujos, lo que refleja la confianza de estos socios estratégicos en el clima económico dominicano, aunque también evidencia la necesidad de diversificar los orígenes de la inversión para fortalecer la resiliencia productiva.
Nearshoring impulsa nuevas oportunidades
El fenómeno del nearshoring se perfila como una de las mayores oportunidades para el país. Su cercanía con Estados Unidos, la infraestructura logística y el régimen consolidado de zonas francas posicionan a la República Dominicana como un destino competitivo para la relocalización de industrias. Sectores como dispositivos médicos, semiconductores y minería de tierras raras se ubican entre los más atractivos para futuros proyectos.
La UNCTAD reconoce al país entre los de mejor conectividad marítima de la región, lo que fortalece su aspiración de consolidarse como un hub logístico regional. El presidente Luis Abinader ha reiterado esta visión al destacar los avances en digitalización aduanera, seguridad y uso de tecnologías aplicadas al

comercio exterior.
Proyecciones para 2025 siguen en terreno positivo
Las perspectivas para los próximos meses continúan favorables. Entre enero y septiembre de 2025, la IED acumulada alcanzó cerca de USD 4,000 millones. El BCRD proyecta un cierre de año en torno a los USD 4,800 millones, equivalente a un crecimiento de 6.2 % respecto a 2024. Estas cifras muestran que los inversionistas mantienen su confianza en el país y en su estabilidad macroeconómica.
El Banco Central resaltó que uno de los elementos clave para fortalecer la inversión a largo plazo es el aftercare: la atención y acompañamiento a empresas extranjeras ya establecidas para facilitar reinversiones, expansión y mayor encadenamiento productivo. Según el análisis, en muchos casos retener y expandir inversiones existentes resulta más rentable que atraer nuevos proyectos.
Desafíos y visión de largo plazo
El informe advierte que, aunque la República Dominicana ha mostrado resiliencia, el país debe avanzar hacia un modelo de IED más diversificado y con mayor contenido tecnológico, empleos de calidad y desarrollo de proveedores locales. En un contexto de transformación global, la innovación, la formación técnica y la articulación de políticas industriales serán esenciales para dar un salto de productividad.
- El BCRD concluye que la IED continúa siendo una de las principales palancas del desarrollo económico nacional. Reafirmó además su compromiso con la estabilidad de precios y del tipo de cambio, factores imprescindibles para que la República Dominicana continúe posicionándose como uno de los destinos más atractivos para la inversión extranjera en la región.


























